sábado, 2 de mayo de 2015

Elecciones mayo de 2015

     Ante la celebración de elecciones municipales y autonómicas el próximo mes de mayo, nuestra Asociación de Vecinos ha remitido a todas las candidaturas un documento con 69 puntos que a nuestro juicio recoge las necesidades más importantes para el barrio y la ciudad, con objeto de que sean tenidas en cuenta en los programas electorales.

     Somos conscientes de la enorme deuda municipal que en 2010 destapó el Tribunal de Cuentas en las arcas municipales (318 millones de euros) y las numerosas irregularidades administrativas detectadas, no todas resueltas aún. También de que los Planes de Ajuste aprobados por el Equipo de Gobierno actual para el pago de la deuda, y que alcanzan hasta el año 2032, dejarán en precario aún más los servicios públicos esenciales para la mayoría de las familias alcalaínas, ya suficientemente castigadas por los recortes del Gobierno central y del autonómico, e indudablemente van a hipotecar la actuación de cualquier gobierno futuro en la ciudad, sea cual sea su signo político.


     A pesar de ello, estamos esperanzados en que al fin llegará la tan deseada regeneración de nuestra democracia. Regeneración que pasa por dar más protagonismo al pueblo en todos los niveles de actuación institucional, social, económica y política. Si algo hemos aprendido desde el 15M es la confirmación de algo que llevamos diciendo toda la vida: que no podemos dejar que algunos políticos sin escrúpulos dirijan nuestras vidas y enturbien nuestro futuro. Nadie puede estar por encima del bien común ni de los derechos fundamentales de la persona, ni siquiera los que más tienen (Art.128 Constitución Española).

     Y estamos esperanzados también porque el panorama general y político en España está cambiando desde las elecciones europeas de 2014 pues, aunque no son comparables con las municipales o autonómicas, creemos que se ha erosionado el férreo bipartidismo, implantado desde 1978, con la irrupción de nuevos partidos con posibilidad de gestionar la democracia de forma más abierta y contando con la participación directa del pueblo, o eso es lo que se espera. Al mismo tiempo está sirviendo de revulsivo para que los partidos tradicionales asuman su responsabilidad en la deriva democrática en la que estamos instalados, se pongan las pilas y antepongan la voluntad popular en todo momento a los intereses de partido por muy legítimos que estos sean. La democracia para que sea más real y de calidad debe hacerse más plural, participativa, con los debidos controles y con métodos que nos impliquen más a los ciudadanos en los asuntos públicos, porque una cosa debe quedar clara: los ciudadanos no nos podemos contentar con votar cada cuatro años.

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