Con tal motivo, queremos hacer desde aquí una llamada a los ciudadanos y ciudadanas: hay que participar en la vida pública y no quedarnos encerrados en nuestra privacidad.
Hemos dicho muchas veces que la democracia no puede limitarse a depositar nuestro voto cada cuatro años: requiere una participación constante, un control de cómo ejercen el poder aquellos a quienes se lo hemos dado, si son honrados, si son veraces, si son fieles a los principios por los que se lo dimos. Ojo, esto último no excluye la necesidad de negociación y pacto en unas instituciones plurales, donde ya casi no hay mayorías absolutas, y por tanto requiere saber ceder parte del programa de unos y de otros para llegar a acuerdos: de ahí que los programas electorales no puedan cumplirse al pie de la letra. Pero de eso a tomar el pelo a los votantes haciendo de su capa un sayo una vez conseguida la confianza, va un abismo.
No puede ser que nos sintamos constantemente engañados y que popularmente se vaya extendiendo la idea de identificar político con mentiroso. La política tiene que ser la búsqueda del bien común, y eso excluye la mentira, la corrupción, la manipulación, los favoritismos y un largo etcétera.
Por tanto, hemos de participar, todos y constantemente, en política. La participación más básica es la de manifestar opinión, personal y grupalmente: acudir a manifestaciones, por ejemplo. Pero teniendo en cuenta dos cosas: una, que para opinar primero hay que formar esa opinión, informarse, escuchar a unos y otros, pensar y no seguir a la masa como borregos; y la otra, que manifestarse no es “tomar la calle” como energúmenos saltándose el respeto a las normas cívicas, insultando, acosando o ejerciendo la violencia contra las cosas o las personas.
Por definición, nuestra asociación es, o quiere ser, un ejercicio de participación ciudadana. Opinamos, proponemos y denunciamos constantemente. Y somos independientes: no somos en absoluto un órgano municipal, como algunos creen. Ni, por supuesto, cobramos un céntimo.
Pero hay otros órganos, definidos por el Reglamento de Participación Ciudadana y de titularidad municipal, en los que os animamos a participar: los mencionados consejos de barrio, donde los ciudadanos y ciudadanas dialogan, se escucha su voz y sus propuestas, que pasan a las juntas de distrito, y donde puede participar cualquiera que lo desee, como explicamos en otro artículo.
Deberíamos dar a estos consejos la importancia que tienen, y es muy importante que nos inscribamos en ellos cuantas más personas mejor.
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