lunes, 17 de abril de 2023

Qué pedimos a los candidatos en cuanto a: CAMBIO CLIMÁTICO Y CRISIS ECOSOCIAL

Estamos convencidos de que el problema más grave que amenaza a la Humanidad (junto con las guerras y la pobreza, pero también relacionado con ellas) es el del cambio climático y la crisis ecológica, energética y de recursos y sus repercusiones sociales, que ya se están viviendo intensamente en muchas zonas del mundo y se empiezan a manifestar en la nuestra (baste ver las oleadas de calor, sequía e inundaciones que estamos sufriendo). Es un problema tan grave que amenaza la propia supervivencia de nuestra especie.

No podemos entrar en este medio en temas geopolíticos y del capitalismo global, niveles donde se ubica la responsabilidad de un cambio de rumbo imprescindible para salvar la vida humana en el planeta. Pero en estos cambios somos necesarios todos, empezando por los ciudadanos de a pie, con nuestro modo de vivir y consumir.

A nivel local, nos interesa mucho concretar exigencias que comprometan a quienes asuman la tarea del gobierno de la ciudad a partir de las próximas elecciones. Y que sean de verdad y eficaces, no solo, como tantos ejemplos que vemos por desgracia, para cubrir el expediente y presumir de verdes o ecologistas sin querer cambiar nada en el fondo.

Entre esas exigencias para los candidatos al gobierno municipal en lo tocante a cambio climático y crisis ecosocial, se nos ocurre enumerar las siguientes:

l Gestión de residuos: campañas decididas de reducción de residuos, separación efectiva de desechos reciclables, recogida y tratamiento de residuos compostables... En este último caso el programa puesto en marcha hasta ahora es casi ridículo por su casi nulo seguimiento. Este tipo de prácticas deben ser normativas y no voluntarias como hasta ahora. Optar por la economía circular.

l Medidas de reducción drástica del uso de combustibles fósiles y, en consecuencia, de la contaminación: limitación del tráfico de coches particulares multiplicando la oferta de transporte colectivo y público, potenciación de la bicicleta (con aparcamientos seguros para ellas) y los vehículos de movilidad personal. Continuar con la peatonalización de zonas lo más amplias posible, así como aceras con un ancho suficiente, incluso para cruzarse dos sillas de ruedas. Por cierto: la renovación del parque automovilístico por uno de coches eléctricos es una engañifa, no tiene viabilidad al nivel que hemos llegado.

l Reducción del consumo energético público y aumento de la generación de energía renovable: control real del consumo de calefacción y refrigeración en locales públicos, instalación de placas solares en edificios públicos (y recomendación en los privados) así como en aparcamientos, etc. Y generadores eólicos, hidráulicos, geotermia y otras fuentes de energía a escala local.

l Ayudas a los vecinos para las energías renovables, eficiencia energética en los edificios, etc. Aunque en esto la principal responsable es la Comunidad de Madrid (y el Estado), habrá que coordinar y presionar desde la política local. Existe un programa europeo de eficiencia energética para edificios de viviendas: interesémonos por él.

l Respeto efectivo por el arbolado y zonas verdes existentes, incrementando todo lo posible su presencia, plantando árboles en todas partes del casco urbano donde haya un hueco y no reduciéndolos, como están haciendo. No solo por lo que ayudan en reducción de CO2 sino también en mitigación de la temperatura extrema (isla de calor) en verano. Incluimos aquí la exigencia de una política adecuada respecto a la ribera del río Henares y al parque de los Cerros, y demás terrenos no urbanizados que rodean la ciudad.

l Frenar el despilfarro de agua potable, de la que escaseamos: mantenimiento adecuado de la red, riego con agua no potable, control de piscinas, abandono del modelo del césped…

l Potenciar el consumo de productos de proximidad, de temporada y ecológicos: ayudas y facilidades a los comercios y grupos de consumo que lo practiquen. Facilitar la producción agrícola en las islas del Colegio y de los García, aunque manteniendo una red de caminos para pasear por ellas.

l Campañas educativas permanentes sobre austeridad en el consumo, reducción de residuos, transporte público, ahorro de energía… Por supuesto en los colegios, pero también a la ciudadanía en general.

l Solidaridad con los refugiados climáticos, la gente que está viniendo a nuestros países porque en los suyos la vida ya no es posible para todos debido a los cambios climáticos. Desde las instituciones locales hay que favorecer su acogida, protección e integración y facilitar el trabajo de los grupos que les ayudan. Deberían crearse también albergues públicos para necesitados y no dejar esto solamente a iniciativa privada, como la de la Iglesia.

A continuación enumeramos algunas otras reivindicaciones históricas o nuevas:

l La Isla del Colegio, parque natural no urbano. El ferial ahí es ilegal (lo dice la sentencia nº 472 del T.S.J. de Madrid, de fecha 23-05-2007).

l Recinto ferial antiguo: estaba calificado como zona verde pero en la anterior legislatura se ha perdido, sacrificándolo, sin proceso participativo ciudadano, al beneficio económico del turismo, necesitado de gran cantidad de aparcamientos.

l No a los campos de golf en El Encín, aunque ya están hechos hace años. La Justicia los declaró ilegales en sentencia del TSJM de 16 de octubre de 2009. Sí a la investigación agrónoma.

l La Cañada del Listón tiene que volver a estar como antes de construirse el campo de golf de El Encín, según sentencia del Tribunal Supremo de 4 de marzo de 2015.

l Soterramiento de tendidos eléctricos y de telefonía en toda la ciudad, respetando la normativa vigente. Especialmente peligrosa en nuestro distrito continúa siendo la torre de alta tensión en la calle Jovellanos (Barrio Caballería Española). Se aprobó su desmantelamiento en la JMDV en enero de 2016 y luego en un Pleno Municipal. Falta que algún bloque adapte sus instalaciones.  El ayuntamiento espera.

l No a fumigar en el terreno para evitar que crezca la hierba.

l Plan Municipal de Huertos Urbanos: aumentar el espacio de parcelas y dotarles de riego con agua del río.

Que no se nos olvide que vivimos en la novena ciudad más contaminada de España, entre otras cosas por el urbanismo desenfrenado que sufrimos, desde la dictadura hasta hoy mismo, en que no se han respetado las normas urbanísticas.

Los ciudadanos y ciudadanas, por nuestra parte, deberíamos adoptar cambios muy grandes en nuestras costumbres. La causa de la crisis ecosocial y el cambio climático está en esquilmar los recursos naturales (combustibles fósiles, recursos minerales, agua, bosques, especies vivas...) y llenar el mundo de desechos, todo ello por el consumismo insaciable que es la base del sistema que vivimos (el capitalismo de mercado). Hay que encontrar otras fuentes de felicidad y bienestar que no conlleven esta destrucción, las cuales existen y son mucho más eficaces y menos efímeras. Todos deberemos, lo antes posible, reducir al máximo el consumo y la generación de residuos. El problema es cómo hacer esto manteniendo los puestos de trabajo y los recursos vitales de la gente, y aquí está la madre del cordero, pero la negación y la huida hacia adelante no son soluciones.

 

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