Cada vez que hay elecciones municipales, las diversas candidaturas suelen acudir a entidades como las asociaciones vecinales, que consideran que podemos tener alguna influencia social en la ciudad. Suponemos que lo hacen para convencernos de la idoneidad de sus planteamientos y, con nosotros, a aquellos que puedan otorgarnos alguna credibilidad.
Para que orientemos nuestro voto hacia ellas, las candidaturas necesitan caernos bien y, sobre todo, convencernos de que están muy interesados en atender nuestras demandas y dispuestos a escucharnos, ya que nos otorgan la credibilidad de estar más cerca que ellos de los ciudadanos, de conocer sus problemas e inquietudes.
No sabemos si esto es realidad y si realmente les importa. No conocemos su verdadera intención en cuanto a asumir nuestras reivindicaciones, o, mejor dicho, estamos hartos de repetir la misma experiencia frustrante a lo largo de muchas legislaturas, pues ya los dos partidos principales han ejercido diversas veces la responsabilidad de gobierno y han demostrado que las palabras se las lleva el viento con pasmosa rapidez, aunque se hayan puesto negro sobre blanco, será porque el viento también se lleva los papeles donde estén escritas. Otros partidos no han tenido esa oportunidad, aunque algunos también han pasado por coaliciones de gobierno; en cualquier caso su responsabilidad no siempre es comparable.
Cuando vemos anuncios de diversos productos en la tele o la radio, nos sorprende que la gente sea capaz de dejarse convencer por estrategias publicitarias tan simples y machaconas, aparentemente diseñadas para gente que no se para a pensar… pero que funcionan, y se compra el producto.
Pues lo mismo parece ocurrir en la política, donde nos jugamos el devenir de la sociedad y el propio, pero tomamos las decisiones de un modo infantil, sin pensar a fondo y dejándonos llevar por las promesas más simples e irreales o por los sentimientos, como si se tratara de apoyar a un equipo de fútbol, por los vendedores de humo que nos demuestran una vez tras otra que la mayor parte de esas promesas van a quedar incumplidas, o por nuestros intereses egoístas en lugar de buscar el bien común.
Para esos candidatos que pueden venir a preguntarnos cuáles son nuestras reivindicaciones y los problemas y necesidades de nuestros barrios, hemos preparado este boletín. Pero también, y nos gustaría que esta fuese su utilidad principal, para los ciudadanos y ciudadanas que quieran conocer esas reivindicaciones, compararlas con los programas políticos y la realidad de sus gobiernos y plantearse con rigor y seriedad su postura ante estas elecciones y no ejercer su voto superficialmente.
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