En la revista del Ayuntamiento nº 16, de diciembre de 2020, nos comentan el proyecto del río Henares. Este proyecto, que se presentó el día 4 de noviembre pasado, no fue objeto de una exposición presencial para información general ciudadana; tan solo se pudieron hacer sugerencias por la página de Internet del Ayuntamiento y solo por espacio de nueve días, hasta el 13 de noviembre. No pueden pensar que con eso han facilitado la participación de la ciudadanía, máxime cuando por esas fechas estaba expuesto también el avance del PGOU y nosotros nos esforzábamos por entenderlo para poder hacer nuestras sugerencias.
Pero, como casi siempre, tenemos que hacer nuestras críticas “a toro pasado”, y es lo que pretendemos con este artículo, que puede valer también como reflexión de las actuaciones que ya están haciendo para la “puesta en valor” de nuestro maltratado Henares.
Señalamos entre comillas lo que dice el proyecto y a continuación nuestro comentario.
Dice el proyecto: “Alcalá de Henares nació en torno a su río”. Pero se edificó separada de él, entre otras cosas porque sabían que el río podría algún día crecer, cosa que no han pensado los urbanistas de esta ciudad en el último medio siglo.
“Con el crecimiento moderno del núcleo urbano, el importante espacio natural que conforman sus riberas se ha ido alejando del día a día de los vecinos y vecinas”. Desde hace unos 60 años, no es cierta esta afirmación. Es el núcleo urbano el que se ha ido acercando cada vez más al río, limitando la zona de influencia de éste en la ribera, estrechándola hasta llegar a construir tan cerca del río que ha habido que hacer dos malecones, uno en el Val y otro en Nueva Alcalá, para que en caso de crecida no inunde esos barrios de la ciudad.
“Con el objetivo de volver a acercar el río Henares a la ciudad, protegerlo y facilitar tanto su disfrute como su conocimiento, el Gobierno Municipal ha creado este proyecto de 1,5 millones de euros”. Para acercar el río a la ciudad habría que eliminar lo que se construyó fuera de la ley por su proximidad excesiva al río y rehabilitar ese terreno como zona de ribera que es. Sabemos que eso ya no es posible hacerlo, pero al menos, por favor, no acerquen más la ciudad al río, que algún día puede ahogarse. Al río se le protege no molestando a sus riberas. Con el calor que está haciendo a causa del cambio climático ¿no les dan ganas de llevar la ribera del río a la ciudad en vez de llevar el urbanismo de la ciudad al río?
Dice el Proyecto: “Las/os alcalaínas/os buscan una conexión con la naturaleza más próxima”. Son los gobiernos municipales quienes han consentido que esa naturaleza esté diezmada o nula en varios tramos de la ribera: área comercial La Dehesa, Descansadero de Esgaravita, Colada de Esgaravita, Barrio del Val, Ciudad Deportiva del Val, Barrio de Venecia, Nueva Alcalá y más abajo zona industrial.
“El proyecto plantea la recuperación forestal de las riberas”. Las riberas se recuperan solas, sin gasto alguno. Son acciones como las planteadas en este proyecto las que se lo impiden.
“Se restringirá el tráfico rodado regular e instalando tanto señalización como mobiliario urbano”. El tráfico está restringido, si exceptuamos la Colada de Esgaravita, final de la Av. del Val, y la Ronda del Henares, que están en la ribera. Señalización y mobiliario urbano sobran en un espacio natural. Los caminos son planos, no tienen erosión. No hace falta señalizarlos. A los charcos se les bordea, eso es lo natural, pues no es una selva. No se necesitan bancos ni zonas de picnic en un espacio natural, que se llenaría lógicamente de basura… Las riberas del río no son parques urbanos, no necesita riego. Eso lo sabemos todos.
“El proyecto contempla la creación de tres miradores”. Los miradores con mobiliario y plataformas de madera no los consideramos necesarios, además de que serán objeto de vandalismo. Si lo que queremos es disfrutar realmente de una zona natural, con pasear escuchando los pájaros (en el caz junto al molino De Cayo ya no podrán hacer sus nidos) y el viento en las hojas de los árboles, ver el color de las plantas y flores, oler su perfume, y viendo la corriente del río, las torres de la ciudad, o el cerro de Malvecino… eso es el mejor mirador natural.
Dice el proyecto: “Serán 6 los puntos de acceso al río”. El de La Dehesa nos parece muy bien… pero que coincida con el puente de la Oruga, para que los coches circulen por ahí y evitar la circulación por la ribera (estamos cansados de pedirlo). En el de los Cerros, la pasarela ya está hecha, falta el de cruzar la carretera M-300 al Parque de los Cerros, hace tiempo solicitada.
“Este proyecto supone la recreación de una estructura natural de bosque que permite a la ciudadanía disfrutar de la misma, al tiempo que reduce la presión sobre el espacio protegido del río y su bosque de galería”. No lo entendemos. ¿Urbanizarlo como si fuera un parque para reducir la presión sobre el espacio protegido? ¿Con qué se come esto? La ciudadanía lo está disfrutando como está. Algunas zonas verdes urbanas las han llenado de coches y de bloques de viviendas. ¿Es que quieren hacernos en la ribera el parque que no han hecho en zona urbana?
Por último, solicitamos nos den razón de las posibles sugerencias presentadas por ciudadanos u otras entidades y principalmente conocer la decisión final de la Confederación Hidrográfica del Tajo, que tendrá algo que decir.
De todas maneras, vecinos y ciudadanos todos, en esto del medio ambiente y el urbanismo, qué mala suerte ha tenido esta ciudad con los gobiernos municipales, ya sea en el tardofranquismo, como en democracia y hasta el presente.
CUIDAR EL MEDIO AMBIENTE ES TAREA DE TODOS
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