Sobre la recogida de residuos compostables en Alcalá

El sistema de recogida de residuos compostables (contenedor marrón) implantado por el Ayuntamiento de Alcalá de Henares hace agua por todos lados, y no solo por los agujeros de las cestas que han repartido a los usuarios.

Contenedor marrón
(residuos orgánicos)

En la anterior legislatura municipal se desarrolló, a modo de prueba, el programa Alcalá Composta, con la instalación de algunos contenedores durante poco más de un año. Al terminar dicho periodo, tras las elecciones que configuraron la actual corporación, los retiraron, sin informar de cuál había sido la evaluación de la experiencia. Hemos estado dos años sin contenedores y sin recibir explicaciones ni respuestas a las preguntas o propuestas de los vecinos sobre el tema.

Sabemos que la recogida de este tipo de residuos es complicada y se le está dando diversas soluciones en algunos municipios que hemos conocido. También sabemos que muchos vecinos se toman como el que oye llover las instrucciones sobre separación de residuos, como ya se ve en los actuales contenedores, especialmente los amarillos (otra cosa es qué hace la empresa encargada de su tratamiento posterior, Ecoembes, pero ese no es el tema de esta reflexión). Por fin, en 2021 han puesto en marcha el programa Recupera la Orgánica, implantando un sistema de contenedores de residuos compostables, en el que algunos nos hemos inscrito después de una flojísima campaña de información. No sabemos quién lo ha diseñado, cuánto está costando ni qué se está haciendo exactamente con los residuos recogidos (dónde los llevan, qué campos están abonando…). Lo que sí tenemos son bastantes críticas nada más empezar:

Los contenedores están
casi siempre vacíos

• Se ha dado muy poca información ni motivación a los usuarios potenciales. De hecho, siempre que abrimos el contenedor de nuestra calle suele estar vacío, a lo más con una bolsa o dos, y no creemos que sea porque los vacíen todos los días. No sabemos si se inscribieron muchos vecinos ni el uso que estos le están dando.

• Se ha implantado un sistema de llavines para su apertura, que solo han recibido los usuarios inscritos en el programa, para evitar que puedan acceder otros y depositen residuos no adecuados (esta solución es la más comúnmente adoptada en otros municipios). Pero estos llavines se atascan, hay que forzar para sacarlos y a veces quedan atrapados sin posibilidad de recuperarlos (a alguno de nosotros le pasó y tuvo que ir a la concejalía para obtener otro).

• No entendemos por qué se exige que los residuos tengan que ir en bolsa de plástico cerrada. Tienen que buscar otra solución, pues se trata de recoger la fracción orgánica, pero la bolsa no lo es y ello les obligará a un proceso de separación de los plásticos y lo orgánico, proceso costoso y no sabemos si eficaz. Además, ¿no se supone que tendríamos que eliminar el uso de los plásticos?

• Los “cubos” que han repartido a los usuarios son en realidad cestas de rejilla, ignoramos si para que la basura esté ventilada en casa o para qué. El resultado es catastrófico, porque si la bolsa que pones tiene algún agujero (lo que es frecuente en bolsas reutilizadas) los líquidos que rezuman se te desparraman por el suelo. Ello dificulta el aprovechamiento de bolsas usadas, obliga a comprar bolsas nuevas o a poner una dentro de otra, y aun así se te pueden 

Cubo antiguo, estanco

El cubo actual pierde
líquidos y requiere bolsas

pinchar fácilmente, ya que las instrucciones dicen que incluyamos todo tipo de residuos alimenticios, incluyendo carne y pescado, con sus huesos y espinas. Pensamos que el tipo de cubos estancos que repartieron en el anterior programa Alcalá Composta era mucho mejor, y si el objetivo ha sido ahorrar material en los cubos el resultado es contraproducente, pues al final tenemos que gastar más plásticos o procurarnos un cubo diferente y desechar ese.

En fin, esperemos que la concejalía de medio ambiente subsane las deficiencias, sea transparente e informe mejor y promueva la participación de los vecinos en este programa y no nos haga sentir, como en otros casos, que la preocupación medioambiental se queda en mera apariencia, incoherente y sin contenido real, en esta ocasión ante el grave problema de los residuos.